La imagen de este sello reproduce una pintura del artista J. Carrero quien en su obra presenta, como fondo, la imagen de una playa española ante la que aparece un caballo elevando sus patas delanteras. A su derecha se ve un marco suspendido en el aire sobre el que se apoya un pájaro, mientras que en un primer plano aparece una joven morena, de frente, cubriéndose con un pareo.
Estas imágenes se constituyen en iconos de lo turístico y representativos de lo español. De hecho, todos estos elementos aquí representados, también frecuentes en anuncios publicitarios de prensa y en slogans televisivos, son característicos de nuestro turismo. España, país consolidado como uno de los destinos receptores de turismo más solicitados, ha venido utilizando como reclamo estos símbolos. El sol de sus playas, el arte representado en este sello por el marco suspendido en el aire, la naturaleza, los espacios naturales y nuestra rica diversidad en fauna aquí sugeridos por un pájaro, la destreza y encanto de los caballos de raza española, la simpatía y hospitalidad de su gente son alicientes que han servido de atracción al turismo procedente de todo el mundo.
El seguro de sol que ofrecen nuestras numerosas playas y clima excepcional, el encanto del caballo español, protagonista de innumerables espectáculos en plazas y ciudades de nuestra amplia geografía, el colorismo que aporta nuestra variada fauna, el rico patrimonio monumental y artístico contenido en innumerables museos de pueblos y ciudades, la variada artesanía textil y la diversidad de nuestra moda, aquí representada por el pareo de la joven del sello, hace que nuestro país sea un destino turístico lleno de encantos y de atractivos para todo aquel que nos visite.
El pintor J. Carrero, al reunir todos estos motivos en su composición, los que sirven de soporte iconográfico al sello, presenta una certera descripción o recreación visual de los iconos que mejor representan y definen a España como destino ideal para el turismo.