Motivo de inspiración para artistas de todos los tiempos, la Navidad se encuentra presente en la pintura, la escultura, la literatura, la música y, también, en los sellos. La primera serie filatélica dedicada al tema se puso en circulación en 1955 y apareció de nuevo en 1959. Desde entonces, y de forma ininterrumpida, la filatelia emite anualmente esta serie que, en el culto cristiano, conmemora el nacimiento de Jesús.
Si ya desde tiempos remotos se festejaba la fiesta de La Navidad como culto al solsticio y al renacer de la naturaleza, en el calendario cristiano parece que fue el Papa Julio I quien, en el año 350, pidió que se celebrara el nacimiento de Jesucristo el 25 de diciembre. Durante la Edad Media, y para dar solemnidad al festejo, se llevaban a cabo representaciones populares del misterio acompañadas con cantos de villancicos al son de instrumentos pastoriles, como el cuerno, la pandereta, el pito y la zambomba. En la actualidad, la Navidad sigue siendo una de las fiestas más arraigadas en la sociedad, en la que se mezcla el aspecto religioso con la tradición de convivencia familiar. Tanto en los países de Occidente como en buena parte de Oriente, en época navideña es costumbre engalanar las ciudades con luces de colores, guirnaldas y adornos.
La serie, formada por dos sellos, hace referencia a la Navidad o Natividad con sendas imágenes del pasado y del presente. El primero de los sellos reproduce La Adoración de los Reyes Magos, una pintura mural de los siglos XIII y XIV que se encuentra en la Capilla de San Martín o Capilla del Aceite, en la Catedral Vieja de Salamanca. Esta Capilla se sitúa a los pies de la Catedral y sus muros se encuentran adornados con pinturas policromadas. En los bajos se hallan los sepulcros de varios obispos, como el de Rodrigo Díaz, situado bajo el citado fresco de La Adoración. Ya en 1996, la serie Navidad dedicó un sello al Nacimiento, con la reproducción de una pintura sobre tabla procedente del Museo Diocesano de la Catedral Vieja de Salamanca.
La imagen actual de la maternidad, como alusión a la Natividad, se recoge en el óleo del pintor extremeño J. Carrero. De forma simbólica y a modo interpretativo del tema navideño, el autor plasma el abrazo protector y tierno de una madre a su hijo.