Alrededor de la Catedral de Palencia, se fundó una escuela en el siglo XI. Con el paso de los años, adquirió gran renombre en todos los territorios reconquistados para llegar a tener un gran esplendor a finales del siglo XII. Se acababan de poner los primeros cimientos de la primera Universidad de la historia de España.
Sería el obispo de la ciudad, don Tello Téllez, quien le daría el impulso definitivo a esta institución educativa. En 1221 se obtendría la aprobación pontificia de Honorio III convirtiéndose en una de la primera universidades de Europa.
El primer centro de estudios superiores considerado y reconocido como tal fue el Estudio General de Palencia.
Este año se celebra el ochocientos aniversario y para conmemorar tan importante efeméride, Correos ha emitido un sello con dos imágenes que unen pasado y presente.
Al monumento que actualmente hay en la Universidad de Palencia se le ha añadido una imagen de Alfonso VIII de Castilla. En aquel momento, este monarca decidió que, siguiendo el modelo de Bolonia, Oxford o París, había que otorgar un reconocimiento oficial a los Studium Generale, como se conocían entonces, y les otorgó ayudas económicas.
Por sus aulas pasaron reputados maestros; entre sus alumnos más destacados, figura Gonzalo de Berceo.
Los alumnos obtenían el título de licenciados en Teología y Artes, tras cursar los dos ciclos de enseñanza que existían: el Trivium (Gramática, Retórica y Lógica) y el Quadrivium (Aritmética, Geometría, Astronomía y Música).
El Studium Generale de Palencia destacó también por sus estudios jurídicos complementarios, que contaban con lecciones de algunas de las principales eminencias de la época. Sin embargo, el fallecimiento de Alfonso VIII en 1214 trajo consigo el declive del centro, sobre todo cuando su sucesor, Alfonso IX, decidió trasladar la universidad a Salamanca en 1218.
Actualmente, la Universidad de Palencia sigue el mismo impulso que alentó su creación: propagar el conocimiento.