El Parque Nacional de Garajonay es uno de los de los cuatro Parques Nacionales canarios junto con El Teide, La Caldera de Taburiente y Timanfaya.
En el corazón de la isla de La Gomera se encuentra este parque, que esconde un espectacular bosque: laurisilva o Monteverde.
Fue declarado Parque Nacional en 1981 y cinco años más tarde, Patrimonio Mundial por la UNESCO, debido al valor de su ecosistema.
Los vientos alisios, propios de la zona, provocan nieblas constantes provocando altos niveles de humedad.
La conocida como lluvia horizontal, mantiene mojadas las hojas perennes, con forma de laurel, que dan nombre a la laurisilva que conforma un bosque tan especial.
Este maravilloso ecosistema, favorece la presencia de una fauna y flora específica y no menos curiosa.
En cuanto a flora, destacan especies propias como la ya mencionada laurisilva y el fayal-brezal. Abundan los laureles viñátigo y los palos blancos en las zonas húmedas, y en las zonas más secas, las hayas y los brezos. La humedad favorece también la presencia de una gran cantidad de hongos.
En cuanto a la fauna, son las aves las protagonistas, con el gavilán, las aguilillas o el cernícalo surcando su cielo. También, habitan en este parque las dos especies de paloma autóctonas de Canarias: la turqué y la rabiche.
Como cualquier bosque con cierto ambiente mágico, éste, posee una leyenda trágico-amorosa: la leyenda de Gara y Jonay, dos príncipes aborígenes, que, ante la oposición de sus familias, deciden suicidarse. Desde entonces esa montaña de laurisilva se llama Garajonay en recuerdo de los dos enamorados que prefirieron morir juntos a continuar su vida separados.