En 2012 fueron declaradas Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Alrededor de 1555, se iniciaron métodos de amalgamación, producir una mezcla mezclando mercurio con otro metal, para la obtención de la plata. A partir de ese momento comienza el flujo de mercurio entre las minas de Almadén e Idrija y América y con él los intercambios recíprocos de técnicas para mejorar las explotaciones.
Ambas son las minas de mercurio más grandes del mundo y fueron operativas hasta hace pocos años.
A lo largo de la historia estas minas han acercado a ambas naciones, favoreciendo los intercambios económicos, tecnológicos y culturales.