En el suroeste de la isla de Mallorca se encuentra la legendaria isla de Sa Dragonera.
La isla tiene unos cuatro kilómetros de largo y uno de ancho.
Entre los siglos XIV y XVI sirvió como escondite para corsarios, piratas y contrabandistas.
Parque Natural desde el año 1995, hogar de especies como la desaparecida foca monje, hoy día tiene como habitantes a una veintena de especies endémicas como los halcones de Eleonor, los cormoranes y las gaviotas, que construyen sus nidos en sus altos acantilados.
También, siguiendo la línea del mito que la rodea, abundan pequeños “dragones”, guardianes de la zona: las sargantanas o lagartos de Lilford, especie endémica de Mallorca y Menorca. Son parecidas a las salamanquesas y durante los meses más cálidos pueden verse nada más desembarcar en las islas más deshabitadas de la zona.
Sa Dragonera toma el nombre de su propia silueta. Si se sobrevuela la isla, la imagen no deja lugar a dudas mostrando la figura de un dragón dormido.
La leyenda del dragón habla de este animal mitológico, de serpientes y de todo tipo de reptiles que protegen Mallorca de invasores no deseados.
La isla de Sa Dragonera invita al visitante a explorar un territorio todavía virgen donde disfrutar de su lado más salvaje tanto en tierra firme como en el mar, donde la práctica de buceo se convierte en uno de sus mayores atractivos.
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